miércoles, 14 de octubre de 2015

Ensayo propio sobre la educación en Chile

Pareciera ser una pregunta tan sencilla pero que no responde nadie con una convicción y menos que afirme ese propósito. 

El sistema educativo de nuestro país se divide en cuatro fases parvulario, básica, media y superior de la cuales solo las tres primeras son obligatorias.

Nuestro sistema educativo chileno ha mostrado considerables avances en el ámbito de cobertura escolar, pero no existe ninguna prueba concreta que demuestre que la calidad de nuestra educación chilena sea buena, principalmente en los sectores más vulnerables y de escasos recursos que lo constituye un gran porcentaje de nuestro país. Además es un hecho concreto que en las mediciones internacionales como es la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) los rendimientos de los estudiantes en los contenidos tales como lenguaje y comunicación, matemática y ciencias los resultados están por debajo incluso de la media internacional. Esta prueba incluye a todos los sectores sociales.
                                    
La reforma que abarca a todo el sistema educacional chileno ya tiene dos décadas y los cambios que se han logrado evidenciar tales como ideas en el sistema demoran mucho más que en producirse, ya que es demasiado el tiempo que ha pasado y muchas de las intervenciones que se han logrado hacer para el sistema no demuestra calidad.

Chile ha destinado una considerable cantidad de recursos financieros al sistema educacional, además de variados tipos de perfeccionamiento a los profesores de gran escala, recursos didácticos, infraestructura, etc. Pero aun así no se ha logrado percibir un incremento de la calidad de los aprendizajes de niñas, niños y jóvenes chilenos.

Aunque en nuestro país no se ha realizado ningún estudio que sea representativo de cada nivel del sistema educativo sobre la calidad de sus aprendizajes. Existe un gran consenso entre los especialistas de educación que tenemos un gran problema de calidad.

En chile es medida parcialmente la calidad de educación a través de la prueba SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Educación) donde deja claramente evidenciado que la calidad de nuestra educación tiene déficit considerable. El SIMCE es considerado tantos por profesores como estudiantes una prueba con altas consecuencias para el establecimiento tales como disminución de matrículas, pérdida de financiamiento, disminución de la remuneración de los profesores o hasta el cierre del establecimiento. Por las cuales son estas razones que los establecimientos someten a sus profesores a un currículo nacional progresivo y a modificar sus prácticas pedagógicas en función a estos estándares.

Pero no solo los profesores sufren su consecuencia también los estudiantes, ya que son incentivados a prácticas como entrenamiento para la prueba, exclusión de estudiantes de bajo rendimiento, estigmatización, etc.

 ¿Pero es el mismo resultado en todos los sectores sociales?, la respuesta es “no”, ya que los más bajos puntajes se centra en escuelas y liceos municipalizados o más vulnerables de nuestro país.

En este punto, debemos mencionar que al no controlar los promedios de los resultados de las pruebas estandarizadas por variables socioeconómicas se puede estar sesgando la comparación de los resultados por dependencia. Además, se puede evidenciar claramente que existe un grave problema de selección de alumnos en algunos establecimientos educativos, lo que implica una segregación educacional donde los buenos alumnos se forman en los colegios “buenos” y los malos alumnos en los colegios de menor o más baja  calidad. Esto evidencia las diferencias de la calidad de la educación.

Además, es claro que el nivel socioeconómico y las condiciones geográficas de los establecimientos son muy significativas en la explicación de los buenos o malos rendimientos educacionales

Si miramos técnicamente el SIMCE no mide la calidad de educación aún su nombre lo diga, ya que no existe una definición clara de “calidad” que puede asociarse al diseño de las pruebas. El SIMCE en sus condiciones actuales que presenta deja a la vista los múltiples problemas técnicos que posee y las altas consecuencia per judicativas para el sistema educativo. 

En nuestro sistema educativo la educación es un derecho social y evaluarlo es importante, pero no es lo mismo evaluar que medir usando pruebas estandarizadas, ya que claramente cada establecimiento se desarrolla en contextos diferentes.



Finalizando a modo de propuesta se puede sugerir que el estado chileno realice una propia investigación que determine la calidad de la educación que se está entregando a todos los niños, niñas y jóvenes de nuestro país, además de la importancia del desarrollo integral de los estudiantes instalando el concepto de que la calidad es mucho más que una evaluación, con aspectos como la autoestima académica, la participación y formación ciudadana y el clima de convivencia escolar desde la educación parvulario hasta la educación superior, de manera de poder contar con evidencia totalmente empíricas que puedan sostener una propuesta de formación que se oriente principalmente a la mejora de la calidad de la educación y a producir mayores cambios innovadores que requiere el sistema para que la formación de miles de niños, niñas y jóvenes chilenos sea de calidad.

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